Inauguro este espacio
con cuento de Mamerto Menapace del libro
Madera Verde.
Es un cuento corto pero potente. Y es como una síntesis de
como entiendo la Terapia Gestalt y
porque decidí dedicarme a ella.
Una herramienta para
hacerse fuerte por dentro y a la
vez vulnerable para sentir el dolor y el placer sin distinción y sin reprimir
ni uno ni otro.
Parece ser que cuando nacemos nos vemos obligados a generar
estrategias para sobrevivir en el
entorno que nos tocó nacer (o el que hayas elegido, no lo sé).
Esa estrategia que puede ser: portarte bien para nunca ser reñido o por el contrario hacer travesuras para llamar la atención o enfermarte o apropiarte de todo sin miramientos o dejar de
sentir lo que necesitas para no molestar o ser siempre el más divertido…
Esa estrategia como te decía al principio, puede ser útil mientras crecemos pero después y
sino aprendemos a hacerla flexible puede
transformarse en una cárcel que nos
impida vivir la vida en su totalidad.
Porque la verdad es que somos mucho más que lo que llamamos
nuestra “Personalidad”, el ego, el carácter o como en el cuento de Mamerto: “El
Caparazón”.
No es fácil esto de quitarse el caparazón, que va.
En principio nadie nos obliga y además el autoconocimiento es
una travesía temeraria que no todos estamos dispuestos a recorrer.
Pero lo que se
desconoce no se puede mejorar. Y el premio es ese.
Ahora que ya te di mis impresiones te dejo el cuento espero que te guste como a
mí.
Un abrazo
"Hay dos maneras de defender la vida: desde afuera o desde
adentro. Los seres que deciden quedarse quietos porque la comida llega hasta
ellos, prefieren defenderse desde afuera y así
se arman de un caparazón.
A veces las circunstancias obligan a estos bichos a ponerse
en movimiento y entonces su traslado se convierte en un penoso arrastrón
llevando a cuesta la cruz del caparazón que los defiende.
Es la historia de los caracoles y de tantos otros bichos sin
esqueleto, que han dedicado toda su capacidad de sólido poniéndose a elaborar
una costra para defenderse.
En cambio los animales a quienes ha seducido el movimiento,
prefieren correr el riesgo de vivir sin defensas y dedicaron toda su capacidad
de sólido a la construcción de un esqueleto. Algo que les diera firmeza por
dentro y a la vez les permitiera exponer su piel al roce, al dolor a la
interperie.
Es curioso pero los bichos con caparazón parecieran ser más
resistentes . Por todas partes uno se
encuentra con antiguos caparazones que tienen a veces millones de años. Y están
intactos.
Lo único que les falta es la vida. La vida ha desaparecido
quizá asesinada por la opresión del del caparazón calcáreo. Pero el envase se
conserva perfectamente.
No podemos negar que como realidad defensiva, el caparazón
ha logrado superar el tiempo y resistir todos los ataques exteriores.
Lo único que no logró fue defender la vida.”
Del Libro Madera Verde, de Mamerto Menapace . Editora Patria
Grande.
¿que limitaciones tiene el caparazon?
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